domingo, 17 de enero de 2010

Secret River in the North of Galicia

Nota del autor: Debido a lo espectacular del río y por tocarle las “esferas” al resto del grupo no vamos a mencionar el nombre del mismo. Ajo y agua ;)

Hoy nos juntamos los Freire Brothers y yo (Anxo) para en principio navegar algo. Tras consultar varias opciones acabamos por tomar la decisión de abrir un nuevo río.

Al llegar al embarque nos encontramos la primera sorpresa: dos afluentes se juntan y uno de ellos presenta un trecho largo de pasitos, toboganes, saltitos y demás delicias de clase III (y algún cuartito) separadas por pequeñas pozas. Lo que en principio se conoce como un Aquapark.



Por no perder demasiado tiempo solamente le dimos al último saltito del afluente. Después, unos escasos metros nos separaban de la primera rampa de nuestro futuro río favorito.



La franqueamos sin problemas y tras algún rápido de escasa importancia nos encontramos con una fuerte ruptura que en principio se antoja infranqueable.



Porteamos y nos enfrentamos a una rampa larga, la cual remata a una poza seguida de un paso con una marmita. Le damos, primero el autor seguido por los Freire Bros.



Al siguiente paso solo le dio Pepe, ya que era de su estilo, el resto pasamos por estar demasiado escaso de agua.


El festival de rampas y escalones continuaba hasta otra ruptura importante. En este caso, se trata de una “pedazo” escalera de unos ocho metros de altura, que finalizaba en una minipoza con una salida desplazada a la izquierda. El paso no es infranqueable pero casi, puede considerarse tranquilamente un V+.


Aquí metemos la pata y pensamos que le seguía un infranqueable, visto en una exploración previa. Pero no era así y hicimos un porteo largo y duro por la orilla izquierda. Lo que realmente hicimos fue dejar de saltar un salto de unos tres-cuatro metros con recepción a poza ¡Vaya patanes!


No llegamos a embarcar ya que lo que sigue es un cañón en el que se suceden una serie de rampas y saltos encadenados. El problema es que las líneas son muy difíciles con recepciones complicadas. Una vez dentro la única salida es por el agua. Volcar no sería una opción y el último salto cae a una zona cerrada, cuya única salida es un pequeño hueco pegado a un drosaje salvaje. La graduación de todo el cañón es V+/VI. No sé si con más agua se aclaran las líneas, pero es impresionante solamente el verlo.

Tras el porteo, más que recomendable, embarcamos y le damos a un escaloncito para encontrarnos otra ruptura.

Desembarca Pepe y nos indica que es una rampita que le demos. Celso ya iba a darle pero cuando ve que su hermano va a por la cuerda, aborta la misión. Nos apeamos ambos de las piraguas y nos encontramos con una fuerte rampa que salva unos tres metros de altura con una inclinación de 45º. La línea buena es dándole fuerte a la izquierda para subirse a un colchón. Me tiro y bordo la trayectoria, pero un estrechamiento que refuba a la salida, casi me hace un hombre. Celso también le da bien pero Pepe vuelca tras la rampa y queda empotrado volcado en el rebufo. Por suerte el barco se libra y el tira de cubre fuera del agujero. La pala queda chapada bajo agua, pero la logramos recuperar.


Seguimos con el festival de pasos, pero un estrechamiento, cuya entrada es un escalón, voltea a Pepe y vuelve a nadar.


Cuando ya pensábamos que aquello se acababa, nos encontramos con un “pasazo” sacado de cualquier video de porno-kayak. Una pedazo rampa seguida de un salto de unos cuatro metros finalizando con un tobogán. Desnivel total: Diez metros. El dudoso calado de la recepción y un árbol nos hace portear el paso; aunque yo le doy al último tobogán.


A unos escasos 100 metros del desembarco se nos presenta la gran finale: Un salto de siete metros. La entrada es muy precaria ya que el agua se desvía contra un muro de piedra a izquierdas. Celso y Pepe optan por un sensato porteo. Pero yo me niego a perder la oportunidad de volar. Pienso que una palada circular en el último momento me permitiría cambiar la trayectoria y caer en el medio de la poza. Para mi desgracia no fue así, la última palada la dí sobre una laja de piedra y la piragua no cambio la trayectoria. Para acabar de fastidiarla el chorro de agua me engancha la popa, con cual la piragua cae totalmente plana y sale despedida contra el muro de piedra tras la recepción. El resultado fue un bollo en la proa del kayak y el interfecto con las lumbares hechas polvo. Es más juraría que antes yo era más alto… la próxima nómina ya se la pueden ingresar directamente al masajista.


Lo mejor la frase lapidaria de Pepe, aludiendo a mi porteo del empredado al que él le dio: “ E agora se manga por ahí…” Este Pepe se merece por lo menos un Nobel ¡qué grande es!

Desembarcamos, Pepe arranca con el coche de Celso para su casa donde lo más probable que se encuentre con una solicitud de divorcio. El resto aun pateamos el afluente, con vistas de darnos un homenaje en cuanto llueva algo más.

Por supuesto que volveremos a este río, pero a poder ser con un par de cuartas más de agua y con el pro de José Miguel para que nos muestre esas líneas imposibles que solo él es capaz de ver. Además yo tengo una cuenta pendiente con cierto salto que ya lleva mi nombre (y van dos).

Salu2

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero que tu espalda esté bien y no hecharan a nadie de casa,el río tiene buena pinta pero la falta agua jejejee.

Animo con las aventuras y más video-fotos y menos rollo ejjeejj

Nos vemos Primoy.

Anónimo dijo...

ha¡¡ y no soy ningun pro.....hostiaaaaa.....jejejj

juan dijo...

Yo tambien me apunto.
Anxo escoge una buena fisio

Juan